Cuando tenía diez años, recuerdo que salí a la calle con uno de mis primos a quien llamábamos “Jomba” (John Bairon), en el camino nos encontramos unos collares; inmediatamente decidimos ir a venderlos, acordamos cobrar mil pesos por cada uno. De pronto nos llevamos una gran sorpresa al escuchar a los campaneros gritar: “la batida” (Operativo policial. Rápidamente el camión de policía se adentró al Bronx a llevarse todo aquel que estuviese mal parqueado.
La gente al ver el camión inició una estampida, con tan mala suerte para nosotros que quedamos atrapados en medio de ella. Debido a que era pequeño tropecé, caí y un habitante de calle me pasó por encima fracturándome la clavícula del pisotón. Fue muy doloroso ese momento porque por más que trataba no podía abrir los ojos. Finalmente, mi primo me ayudó a levantarme y me acompañó hasta la casa. Duré más de un mes enyesado, aun así, nunca dejé de dibujar.
